3 ago 2010

Y se nos va la vida pensando.

Piensa, por un momento, que no existe problema alguno. La vida es más euforia de lo que solemos creer. Ahora, vuelve a imaginarte absolutamente pleno o plena, risueño o risueña, sin esas cadenas que nos gusta autoimponernos, que nos gusta creer son efectivamente lo correcto. ¿Ves como tu risa finalmente es la de otros? Piensa en quienes quieres, en quienes amas, en quienes adoras, ¿no valdrá la pena decírselo a cada uno de ellos? No habría que tener miedo a viciar las palabras cuando no se vicia el sentimiento: todo tiene más sentido cuando sabemos y reconocemos querernos. Piensa en qué te gustaría hacer, qué te gustaría sentir, qué siempre has querido cambiar. Nunca es tarde para corregirnos, nunca es tarde para aprender. ¿Será acaso lo que dure lo real, lo que dure lo ideal, lo que dure lo que estamos por inventar? Piensa, finalmente, en qué harías sin siquiera pensar. Cuentas, acá, con un corazón dispuesto a escuchar.

2 comentarios:

Joaquín Romero dijo...

voluntad viciada?

posibly mabe, probably love

saludos leo :)

Deen ! dijo...

Te quieri (: