Te olvido porque me acomoda
Omitir mi antagonía
Para en esta novela torpe
Reclamar sobre papeles:
No hablo de hojas ni folios
Refiero a ti como la antagonista del
villano de teleserie
Porque en nuestro entramado cómplice
Nunca hubo ni habrá un cuando
Para jugar el incómodo rol de héroe.
Te olvido porque ya no aguanto
La intertextualidad de nuestras lenguas,
Ni tus piernas degeneradas
Calculando siempre cuánto falta
para tragar
Eso que ya nos dice basta.
Te olvido porque siempre fui de impares
Y el ‘te amo’, sabrás, adolecía de ser
ambo en palabra
Quizá por ello retruena el reproche:
Te olvido son ocho letras,
cuatro consonantes
y dos palabras
Pero,
¿Sabes qué me consuela?
¿Sabes qué me consuela?
Es sólo un corazón el que las dispara.